Vistas de página en total

27872

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Animo! nosotras SI podemos lograrlo


Moraleja Del Elefante



Que nada te detenga
 Aunque te sientas cansado y sin fuerza, no te rindas, inténtalo una vez
más.

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba eran
los animales, de todos ellos el que más llamaba mi atención era el
elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y
fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de
volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena
que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas
enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y
poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de
tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y
huir.

El misterio es evidente: ¿Por qué no huye si aquello que lo sujeta es tan
débil comparado con su fuerza? Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a
varias personas por el misterio del elefante y alguien me explicó que el
elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo
encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Hace algunos años descubrí que alguien había sido lo bastante sabio como
para encontrar la respuesta:

"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca
parecida desde que era muy pequeño".

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó
tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era
ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día
siguiente volvía a probar, y también al otro y al que seguía...hasta que
un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y
se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque
CREE QUE NO PUEDE.

El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que
se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a
cuestionar seriamente ese registro. Jamás... Jamás... intentó poner a
prueba su fuerza otra vez...

Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo
atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que
un montón de cosas "no podemos hacer" simplemente porque alguna vez
probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo
y nunca podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede
contar un ser humano: la fe.

La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO
NUESTRO CORAZON y todo nuestro esfuerzo como si todo dependiera de
nosotros, pero al mismo tiempo, confiando totalmente en Dios como si todo
dependiera de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario